Ajuste de cuentos
Selección personal
En esta antología que eterniza un itinerario fogoso y radiante con la escritura, cada formato breve, sea cual sea la amplitud de su línea estructural y temática, se amolda al golpe de efecto que estampilla la credencial del género cuentístico. Entraña, en efecto, una existencia singular en la flor de la juventud, en la cúspide de la edad o en su ocaso, rebasa los lindes sexuados y clasistas, y hechiza un acontecimiento en apariencia insustancial que va a trastocar rotunda y fatalmente el destino de seres que se debaten, bien o mal, para soslayar una tragedia. Las narraciones que se estrenan, ora con mitos universales, ora con escenas costumbristas sureñas, ora con los latidos de la cotidianeidad, se difuminan todas en un desenlace desconcertante que rivaliza con las evidencias del mundo tal como se había dibujado y catequizado.
Palacios inventa, verbigracia, su propia mitología del amor y del desamor con parejas disidentes que cortocircuitan el puritanismo heteronormativo, con mujeres que se rebelan en contra de sus libertades confiscadas por la masculinidad prepotente, con destinos impedidos por la presión social e institucional y que perdieron con la edad o por su edad el enamoramiento. Todas las relaciones amorosas (auto)censuradas en una realidad que no ama (mucho) ni el deseo no androcéntrico ni la diversidad del querer y del ser querido, se desenrollan y se cobijan en un milhojas de concisas ficciones que les brindan el placer, el gozo hasta el sufrimiento para que elaboren su revolución personal. Y aunque el lector forastero o extranjero viaja por el verde del Soconusco, oye las sibilinas aguas cristalinas del Usumacinta y se descarría por una arcana frondosidad, tiene la rara sensación de sentirse en casa y de repasar el álbum oculto de su nación ordinaria, de sus paisanos y de una parte de sí mismo. El país que escribe Palacios es el de todos porque habla, con la mesura de la poesía, el lenguaje de lo que nos exalta o nos duele, de lo que nos rebela o arrasa, estemos donde estemos.