El impacto de la corrupción en los Derechos Humanos: una aproximación desde el ámbito internacional
La corrupción es un fenómeno que puede tener distintas definiciones, organizaciones como Transparencia Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Consejo de Derechos Humanos la entienden como “el abuso del poder encomendado en beneficio propio”. Distintas conductas pueden ser consideradas como corrupción; por ejemplo, el tráfico de influencias, la malversación de fondos, fraudes o arreglos, entre otras. La corrupción provoca deterioro tanto en las instituciones de un Estado como en las democracias. El goce y ejercicio de los derechos humanos se ve vulnerado, pues aumenta la incapacidad y la desconfianza en las autoridades para garantizarlos. La corrupción puede afectar una gama amplia de derechos humanos, desde sociales y económicos (al trabajo, la alimentación, la vivienda, la salud, la educación) hasta civiles y políticos (el derecho a un juicio imparcial, a la participación ciudadana o la libertad de expresión). La Comisión Nacional de los Derechos Humanos cuenta con un Plan de Erradicación de Todas las Formas de Violencia y Corrupción que promueve la transparencia y rendición de cuentas de todas y todos los servidores públicos a su servicio, así como una observancia plena a la Ley de Responsabilidades Administrativas y la Ley de Austeridad Republicana. De este modo, se busca erradicar la corrupción en los procesos de protección y defensa de los derechos humanos.