Las máscaras de la violencia en México: una revisión exploratoria
Este texto tiene como preocupación fundamental desentrañar, dentro de la lógica del capitalismo mexicano actual, los múltiples rostros con que la violencia se presenta y se ejerce en nuestros días. Trataremos de develar las condiciones estructurales inherentes a su evolución, no sólo de carácter económico sino desde la multiplicidad de variables en que se manifiesta, aparentemente inconexas. Abordarlas desde una perspectiva interdisciplinaria nos ha permitido poner al descubierto sus fuertes relaciones y e interconexiones, dando cuenta de su complejidad.
El presente trabajo es el resultado de los aportes de un grupo de investigadoras e investigadores de diversas disciplinas e instituciones que participamos en el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dirigido por el Dr. José María Calderón y el Dr. Alfonso Vadillo, y titulado En las manos de Tezcatlipoca: descomposición social y disfuncionalidad del Estado. Violencia, conflictividad y resistencia sociales. Apoyado por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA)-UNAM, el Programa se inició en los primeros días de la pandemia y se extendió hasta 2022, dando lugar a dos volúmenes; uno de ellos, titulado el Estado del poder y el costo humano: guerra interna, asimétrica y distópica en México, complementa este otro volumen que el lector tiene en sus manos. De la investigación realizada en esta obra se desprende que la llamada “violencia” en México encubre en realidad una guerra librada en múltiples frentes, la cual se desenvuelve a través de diferentes procesos y tiene como resultado un trágico impacto: muertos, desaparecidos, secuestrados, torturados, detenidos, empobrecidos, excluidos… Esto no puede comprenderse al margen del poder, legal e ilegal, así como de las relaciones que éstos tienen entre sí, a tal punto que el llamado “crimen organizado” se ha constituido en uno de los brazos armados del orden legal. Esta interpretación ilumina otra función tradicional e históricamente realizada por el Estado mexicano: su selectiva capacidad, manifestada actualmente en la mayoría de los casos por las diversas operaciones armadas del crimen organizado para desaparecer, matar o encarcelar a activistas sociales, periodistas, defensores de derechos humanos, ambientalistas, defensores de la diversidad sexual y a toda persona de la sociedad que represente un obstáculo para su dominación; es decir: para ejercer la acción represiva del Estado. Así pues, la guerra en México, lejos de ser una guerra contra o desde el crimen organizado, es la expresión de una nueva forma de dominación en el ciclo neoconservador-neoliberal, dominación en la que participan no sólo actores armados, legales e ilegales, sino también actores dominantes no armados que ejercen violencias de amplio espectro e impacto, que los ciudadanos de a pie han tenido que enfrentar a través de un largo camino de sufrimiento y resistencias.
La violencia armada, sin duda la más visible, fue profundizada desde 2006, a partir de la declarada “guerra al narcotráfico” de Felipe Calderón, que continuó en los sexenios posteriores, dejando saldos devastadores en cuanto a muertes, asesinatos, desapariciones y desplazamiento forzado a lo largo del país. Su expresión más dramática son las fosas clandestinas que continúan apareciendo por toda la geografía nacional. Otras expresiones no armadas y, por ello, menos visibles de la violencia, dejan también, como planteamos en esta obra, un profundo rastro de dolor y destrucción, como resultado de la política económica aplicada a través de casi cuatro décadas de gobiernos neoliberales en el país; es decir: como resultado de la articulación dependiente, de carácter económico-político-militar de México, a través de los distintos acuerdos, con Estados Unidos; también es preciso mencionar los impactos de la reestructuración de la institucionalidad del Estado y la corrupción.
Una de las principales hipótesis que guían el libro y a los diferentes capítulos que lo integran, es que la violencia en México encubre una guerra ejercida desde el poder para garantizar la reproducción del patrón de acumulación neoliberal sobre la población. Una guerra que expresa la transformación del Estado en este periodo y el ejercicio de una “violencia asimétrica generalizada” a través de la cual se profundiza un profundo proceso de descomposición social que lleva la violencia hasta la misma vida cotidiana. La investigación ha intentado sacar a relucir dichos procesos y sus contradicciones, analizándolos y caracterizándolos a partir de la evidencia empírica de sus efectos en los cuerpos y en nuestras relaciones sociales.