Entre menos -ismo, más eros-
Un libro de poesía, eso que llamamos poesía puede hacer la parte que le toca, su granito de dulce palabra y andar acompañado, aunque se esté solo por los caminos. ¿Quién no canta, sonríe o evoca un sentimiento de añoranza por la compañía que hace falta cuando nos abriga la soledad?, ¿acaso no pasa lo mismo cuando nos sentimos enamorados, trenzados, con-vidados o complementados por alguien y no está cerca de nosotros o nosotras? Ese es el valor de la poesía, pero de esta que ilumina la posibilidad de estar bien, de estar-se bien o al menos, aspirar a vivir bien. Y al hacerlo, podemos sentipensar desde otro lugar de elocución o de praxis en nuestras vidas. Pues bien, este librito apunta hacia allá, a la oportunidad de volcar candor y realidad.
Complementarse es vivir y vivir-se, pues el servicio y la humildad son bases para toda relación humana, contimás para nuestra erótica que permea nuestro ser de forma cotidiana