Con mis ojos de perro
El matemático Amós Kerés ("doctor en números, hambriento de letras") ve un día, en una colina cerca de la universidad en la que trabaja, un "fulgor… hermoso, un sol-origen sin ser fuego"; una invasión de colores que no se resuelven "ni en formas ni líneas, contornos ni luces". Kerés es visto como un loco por los demás, al abandonar su familia y su trabajo, pero esa locura tiene sentido; es "la locura de la búsqueda, hecha de círculos concéntricos y que nunca llega al centro, la ilusión encarnada y oscura de descubrir y comprender". El encuentro con este Sol Original, anterior al de la naturaleza y de las formas, llevará a Kerés a abandonar su vida civilizada y racional en busca de un nuevo encuentro con lo divino.