Al final, las palabras
La Ciudad de México de los inicios del siglo XX es el escenario que Antonio Malpica elige para sumergirnos en las suertes del Pegote, un chico que es tan bueno para los albures y la baraja como lo es para los trancazos y las patadas. Ni siquiera sus amigos pueden explicar de dónde salió, pero sí dan cuenta de sus andanzas en un México que sigue en plena lucha armada con Carranza como presidente, de sus paseos por los alrededores del Zócalo y sus excursiones a la Balbuena o a Mixcoac, de sus visitas al box o al cinematógrafo y de cierto encuentro que le cambia la vida para siempre. En estas páginas el tiempo va y viene y la única manera de hacerlo permanecer, como lo afirma uno de los personajes, es a través de las palabras, pero detrás de las palabras se esconden también los deseos de quien las escribe, de modo que ésta es una historia dentro de la Historia.