Itinerario del amor indócil
Asediado por los fantasmas de sus últimas relaciones, las vividas tras su divorcio en 2014, y con la intensidad de una vivencia actual que lo enfrenta al tiempo de vida que se agota, el autor ha querido recuperar en este libro los poemas escritos al calor de aquellos vínculos, complejos e imposibles, extravagantes y decadentes, o inútilmente amorosos. Poemas excluidos de sus anteriores obras (salvo un par publicados en El rostro que habitamos, 2015), los versos que aparecen en Itinerario del amor indócil conforman una especie de suma selectiva de textos pergeñados al calor de la lid pasional, algunos explícitos o irónicos, otros crípticos (engañosamente alejados del tema) y otros romantizados y celebratorios de la experiencia amorosa, y que ahora se anima a exponer. Hay aquí diversos registros: desde el aforismo lírico (que intenta definir lo indefinible) y el poema de largo aliento, hasta la canción, los juegos de aliteraciones, la estampa intimista, el poema en prosa, y la postal cotidiana, que exploran intuiciones desde la soledad compartida, el anhelo frustrado y la fusión esencial fugaz, pasando por la sutileza erótica de la efusión sexual. Lo cierto es que, en este recorrido por un tema tan canónico (y superado por “poético”), eternamente elusivo, decididamente rebelde a la conceptualización, indócil, en suma, Miguel Ángel Meza (Premio Internacional Caribe Isla Mujeres 2019) ha mantenido su apego a una creencia indeclinable: el nombrar la realidad es un cantar donde el verso intenta tocar sus notas más altas, buscando en ese vuelo lírico la revelación, la contemplación inusitada, si bien efímera y frágil, de esa otra realidad, una realidad que al deconstruirse se erige acaso como la más verdadera.