La monja y el negro
Durante las Justas Poéticas de Sevilla de 1624 (año de la muerte de Vicente Espinel), Lope de Vega propone incluir una nueva estrofa en el concurso: La décima o espinela, como homenaje a su amigo y maestro. Pero además, anuncia otras buenas nuevas para el torneo: la participación de dos nuevos poetas venidos del Nuevo Mundo (una monja y un negro) y el cambio de nombre de la competición. Estas Justas Poéticas, tan populares en el Siglo de Oro, en esta obra tendrán la misma estructura que las actuales Batallas de Gallos entre freestylers, porque esta es una obra llena de anacronismos y asincronismos, mezclando tiempos, personas y personajes. El torneo es una gran competición, que genera mucha expectativa en la ciudad. Los fans de los poetas recorren cientos de kilómetros para seguir a sus ídolos. Cuando Lope de Vega —el mayor “creativo” de la época, con muchos seguidores— propone que se incluya la espinela como estrofa, al principio, todos se niegan, aduciendo que ya están la copla real, la décima de doble quintilla, el romance y otras estrofas clásicas. Pero al final, la propuesta de Lope prospera y comienza el concurso. La obra empieza con el velorio de Espinel y termina con la competición poética.