Larga noche hacia mi madre
El protagonista emprende el viaje de vuelta hacia sus fantasmas para cumplir con la obligación familiar de acompañar a su madre, con quien ha roto casi todos sus vínculos, en su agonía. Después de una larga estancia en el hospital psiquiátrico, la madre se encuentra en un tránsito de muerte que se ha dilatado por años. Con una prosa tensa que recrea una atmósfera sofocante y turbia, la novela se vale de múltiples recursos estilísticos y fragmentos discursivos, como relatos autobiográficos, diarios y cartas, que se superponen al monólogo de la muerte de la madre, para restituir la identidad desgarrada del protagonista y su relación lacerante con el pasado. Mientras transcurre la agonía, en cámara lenta o en un cúmulo de vericuetos narrativos, voces entrecortadas y susurros, al tiempo que un huracán asola Centroamérica, el hijo descubre los secretos que guardan el enrarecido pozo de su dolor y el único camino que lo llevará a la redención. Larga noche hacia mi madre explora hasta sus últimas consecuencias las posibilidades de escribir lo indecible entre una madre y su hijo.