Rebeldes solitarios.
El magonismo entre los pueblos mixtecos
El magonismo fue la corriente política más radical de la Revolución mexicana. Mezcla de liberalismo juarista del siglo xix –es decir, anticlerical– y del anarquismo europeo que arribó a nuestro país en las últimas décadas del mismo siglo, en el equipaje y el alma de personajes como Plotino Rhodakanaty, que iluminó las luchas de los pueblos indígenas de esa época1, también se nutrió de la filosofía comunitaria de los pueblos indígenas de México, que a finales del siglo xix y principios del xx representaban la mayoría de la población mexicana. Pero el magonismo no sólo fue una corriente política, sino también una práctica específica para convertir en realidad sus postulados de justicia social.
Los historiadores afirman que el magonismo fue una de las corrientes políticas precursoras de la Revolución mexicana y es cierto, pero fue más que eso. Consecuentes entre su prédica y sus acciones, se preocuparon por preparar política y militarmente al pueblo mexicano para derribar al dictador Porfirio Díaz del poder –quien por más de tres décadas ejerció de manera ilegítima– y que la democracia volviera al pueblo. Eso el gobierno lo sabía y por eso montó sobre ellos el espionaje secreto más amplio que pudo, lo cual le permitió conocer a tiempo sus planes y abortar las rebeliones que preparaban.
En otras palabras, el magonismo se fue formando a través de los años, nutriéndose de la experiencia y las aspiraciones de los diversos sectores explotados del pueblo mexicano.
Dentro de estos sectores se encontraban los pueblos indígenas de México. Se sabe de las alianzas que el magonismo estableció con los yaquis de Sonora, quienes tenían años levantados en armas contra el gobierno porfirista, en defensa de sus tierras. Los magonistas les propusieron luchar juntos para que consiguieran sus objetivos, pero también unirse al Partido Liberal Mexicano para derrocar al dictador.3 Se sabe también de la participación de indígenas mayos, rarámuris, cucapá, mixtecos y mayas en el partido; en algunos casos, como delegados especiales de la Junta Organizadora del mismo, es decir, como sus representantes en las regiones donde operaban, en todas, encabezando las rebeliones. Entre los líderes indígenas de ésta cabe mencionarse al rarámuri Santana Pérez, el yaqui Javier Buitimea, el mayo Fernando Palomares, el mixteco Hilario C. Salas, los cucapá Carlos Jiménez y Emilio Guerrero, y los mayas Maximiliano Ramírez Bonilla, Atilano Albertos y Expectación Kantún. De algunos se sabe que participaron, pero se desconoce la forma en que lo hicieron, como en el caso de Santana Pérez.