América como conciencia
Dos actitudes se han tomado en torno a la filosofía: una de carácter universalista y la otra de carácter historicista, aunque en ambas corrientes los filósofos intentan justificar una posible filosofía americana. ¿No hemos filosofado con auténtica pureza?, se pregunta Leopoldo Zea, pues en lugar de discutir acerca del camino de la verdad, estamos preocupados en el problema de si somos filósofos o no. Por lo demás, atribuir la originalidad de los escritos americanos a una imitación de la filosofía europea, muestra el reflejo del pensamiento colonial. Ante esto, el autor urge valorizar a nuestros clásicos como algo distinto de los modelos comparados pues allí comienza un cambio en la conciencia con respecto a la universalidad cultural.