Reseña

Para iniciar, debería preguntarte, lector o lectora: ¿Qué sabes de la mediación? ¿Conoces los mecanismos alternativos de solución de conflictos? ¿Sabes para qué sirven? y, por último: ¿Quién te habló de ellos?
Tal vez no tenga mayor importancia para ti la última pregunta, pero, para quienes hemos estado inmersos en esta actividad y en este tema como operadores reales, sí es de suma importancia, porque en ello estriba la diferencia. Más en estos momentos, en los que en México se ha dado una diversificación de aplicaciones metodológicas de los mecanismos alternativos de solución de conflictos –en particular la mediación, tanto en su enfoque como en su interpretación–, derivada de la multiplicidad
de intereses sociales, económicos, profesionales y comerciales normalmente generados cuando surge un tema novedoso y poco explorado –en tierra de ciegos, el tuerto es rey, reza el dicho–, cometiendo distorsiones desde lo metodológico y lo filosófico.
La narrativa personal que pretendo realizar expone lo que considero una forma diferente de observar los diversos conceptos y contextos sobre la mediación y los demás mecanismos alternativos de solución de conflictos conocidos, así como sus múltiples beneficios en la vida cotidiana de las personas.
La mediación, como cualquier otro aspecto de la vida, ha evolucionado constantemente. Nadie tiene la verdad absoluta ni la autoridad para minimizar o depreciar su esencia y efectividad en la vida de las personas; mucho menos, para quitarle la seriedad que su aplicación y ejercicio requieren. Lo que se necesita es un verdadero compromiso y convicción.