Enredos materiales
Es con esa perplejidad que, en este libro, Andrea sigue nadando, porque el agua definitivamente la ayuda a pensar. A veces bucea en las profundidades y otras chapotea en la superficie. Esas inmersiones me hacen recordar algo que Claire Parnet y Gilles Deleuze dicen en sus Diálogos: se puede escribir como una pulga de mar, que a veces salta y ve toda la playa, y otras permanece con la nariz enterrada en un sólo grano de arena.