La elaboración de memoria, un problema fundamental
Si nos preguntamos si es necesaria una epistemología de la memoria, sin dudarlo diría que sí, pero con dos condiciones, que sea transdisciplinaria y crítica. A esa conclusión se llegó después de adentrarnos a explorar las posibilidades de enunciación teórica al tratar de despejar la pregunta por las condiciones en que una memoria, unas memorias, la colectiva y las individuales, han de producirse a partir de reconocer la marca de la violencia en que las experiencias se han fraguado. Aquí pensamos sobre todo de la memoria colectiva, la su forma social, de su implicación política, del reconocimiento de las experiencias y procesos involucrados; por supuesto, sin prescindir de su expresión individual. Podemos decir, que la memoria como una cuestión que demanda para su forja de la disposición de condiciones institucionales y de la puesta en relato de las experiencias de violencia exige de un corpus conceptual comprensivo, uno que atienda con profundo cuidado y con sensibilidad, en tal sentido hay demasiado por hacer. Los tiempos de oscuridad, como les llegó a llamar Arendt, nos exigen comprender para poder actuar.