Los dioses ajenos
101 ídolos y prácticas ocultas descritos y denunciados en la Biblia
En este libro, el autor nos ofrece una lista exhaustiva de antiguos dioses identificados como falsos por los profetas del Antiguo Testamento. Aunque la Biblia prohíbe enfáticamente la veneración de imágenes, esta práctica ha sido muy común en todos los pueblos que desconocen la Palabra de Dios.
La abundancia de dioses ajenos es el reflejo de una humanidad caída y sumida en tinieblas. Pero, a pesar de la idolatría y la superstición que predominan en el mundo, hay una buena noticia: Jesucristo murió en la cruz para el perdón de nuestros pecados. Con su muerte expiatoria, Cristo nos liberó de la idolatría para llevarnos al Padre, al que adoramos en espíritu y verdad. Él es el único Dios verdadero y solo a Él debemos dar toda la gloria.
Aunque haya los así llamados dioses, en el cielo o en la tierra (y por cierto que hay muchos «dioses» y muchos «señores»), para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos. (1 Co 8:5-6. NVI)