¡Mátalos en caliente!
El lenguaje en estos cuentos es vivo y espontáneo.
Ary Uriel logra brevedad e intensidad. Su corpus prosístico no deja en ningún instante de plantear una atención narrativa poco frecuente en las letras chiapanecas. La construcción de sus personajes se realiza desde la economía de elementos: muestran un carácter a partir de sus propias acciones y, además, dibuja en pocos trazos los rasgos de la sociedad en la que se inscriben sus historias.
Un elemento más a destacar son sus aportaciones fonéticas. La sonoridad del lenguaje, su paleta o espectro tonal es rico y equilibrado; busca en todo momento la armonización de recursos narrativos. ¡Mátalos en caliente! nos invita al disfrute de la lectura de una prosa cuidadosamente eficaz.
Alejandro Aldana Sellschopp