Estudios sociales y políticos de la Ciencia y la Tecnología:
temas, problemas y retos actuales
El libro se divide en dos partes: la primera, denominada “Ciencia, Tecnología y Sociedad: procesos políticos y problemas emergentes” y la segunda titulada “Cultura científica y comunicación pública de la ciencia”.
En lo que respecta a la primera parte, el libro reúne indagaciones e inquietudes en torno a las políticas y los instrumentos de ciencia y tecnología; y, por el otro, incluye análisis sobre problemas contemporáneos relacionados con las prácticas y los usos de artefactos tecnocientíficos a partir de reflexiones conceptuales y estudios de caso. El foco de los trabajos en esta parte es la pregunta por la configuración de espacios dedecisión y usos de conocimientos en el ámbito nacional o local teniendo en cuenta el rol de diversos actores y sus estrategias de negociación. Aquí, los autores y autoras también problematizan sobre ciencias, tecnologías y conocimientos que han emergido a partir de contextos sociales situados en nuestra historia presente.
El eje articulador se centra en la puesta a prueba de ciertos conceptos que han sido creados/desarrollados para explicar las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad en diversos contextos. Es el caso del vínculo ciencia-sociedad, de la participación pública de la ciencia y de la neutralidad de las tecnologías. A partir de casos situados, los conceptos son usados para tratar de explicar las dinámicas específicas que los y las autoras encuentran de interés para el debate. En esta sección, las estrategias metodológicas son diversas, pero apuntan a un mismo foco: el análisis desde marcos interpretativos establecidos y estabilizados.Abre esta parte el texto de María Elena Giraldo, con el capítulo titulado “La vinculación universidad-entorno: una revisión de marcos alternativos de cooperación para la coproducción de conocimientos”, donde se discuten los alcances y limitaciones de la vinculación como tema en las políticas de ciencia y tecnología en América Latina. Para ello hace un recorrido por algunos trabajos que han categorizado desde diferentes aristas las relaciones entre el sector académico, el sector productivo y el rol de los Estados. Se trata, pues, de un ejercicio reflexivo sobre las perspectivas teóricas que han influido las orientaciones acerca de la colaboración entre academia y sociedad. El siguiente trabajo de esta sección lo presentan José Heriberto Villegas y Juan Pablo Centeno con el capítulo titulado “Democracia y mecanismos de participación pública en ciencia y tecnología: una mirada comparada a los casos de México y Colombia”. Allí los autores analizan los mecanismos de participación pública en ciencia, tecnología e innovación teniendo como punto de referencia los sistemas políticos de México y Colombia. El eje de la argumentación es el vínculo entre las variables políticas y los Sistemas Nacionales de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) en relación con la participación pública. Le sigue el capítulo “La Neutralidad de la Red en México: construyendo leyes y usuarios”, de Carlos Fuentes. En este, el autor analiza las controversias que surgieron entre el Estado mexicano, los proveedores de servicio de internet y los usuarios a raíz de la promulgación, en julio de 2021, de los lineamientos para la gestión del tráfico a los que deberían sujetarse los proveedores de servicio de internet (PSI). El trabajo hace una reconstrucción de la red sociotécnica producida teniendo como orientación analítica la pregunta por los riesgos y silenciamientos de dicho principio. El siguiente capítulo, denominado “Mecanismos cooperativos para la generación horizontal de conocimientos en soberanía alimentaria. El caso de la escuela de agricultura ecológica U Yits Ka’an”, de Paola Villafaña y María Elena Giraldo, presenta un estudio de caso que analiza la conformación de una iniciativa desarrollada en el estado de Yucatán para salvaguardar prácticas y conocimientos vinculados a la biodiversidad y la producción agrícola, como la milpa y la apicultura. Sus autoras hacen un análisis de las prácticas agroecológicas desde la teoría de los Sistemas Asociativos Complejos (SAC). Desde esta perspectiva describen las interacciones y tensiones entre actores locales, regionales y nacionales para reconstruir el contexto en el cual se posibilitó la conformación y consolidación del caso en mención. Esta parte la cierra el capítulo de César Guzmán Tovar titulado “Patógenos en el ambiente. Resonancias científicas sobre la salud y la enfermedad en Yucatán”. En este, el autor presenta un análisis acerca de los discursos y nociones de los científicos y científicas que investigan sobre enfermedades emergentes en Yucatán (México), específicamente, las narrativas sobre la salud y la enfermedad. Para ello, el autor retoma el concepto sociológico de resonancia, de Harmut Rosa, y lo pone en diálogo con aportes de los estudios de cts para evaluar la incidencia de estas narrativas en los entornos sociales.
“Cultura científica y comunicación pública de la ciencia” es la segunda parte que compone el libro. En esta también se presentan conceptualizaciones y estudios de casos, centrados en el análisis de prácticas de comunicación de la ciencia llevadas a cabo por instituciones de México; el interés de las autoras es comprender cuál ha sido la apropiación de estas prácticas y cómo han contribuido a la formación de ciudadanías más informadas en aspectos científicos y tecnológicos que pueden intervenir en su cotidianidad. Esta sección la abre el capítulo de Carina Cortassa titulado “Comunicar las ciencias en el siglo XXI. Aprendizajes y apuestas para el escenario postpandémico”. Allí, la autora hace una exploración sobre los efectos de la pandemia de COVID-19 en el campo de la comunicación pública de la ciencia a través del enfoque de encuadres significativos, y reflexiona sobre algunos caminos que podría seguir el campo teniendo en cuenta el panorama actual. Su conclusión apunta a la importancia de pensar en una reconfiguración del campo que propicie debates conceptuales de larga duración. En el mismo contexto de la pandemia, el capítulo de Daniela Tarhuni, titulado “Comunicación del riesgo y percepción pública sobre la COVID-19 en México”, nos ofrece un análisis de las percepciones y los marcos de referencia de la población mexicana respecto a los riesgos generados por la pandemia a través de dos encuestas realizadas entre abril y junio de 2020. Los resultados de este estudio muestran que la población participante en las encuestas experimentó sensaciones de miedo y saturación por la información recibida diariamente en los medios oficiales y en los medios de comunicación mexicanos. Continúa esta parte del libro el capítulo de Diana Falcón, “Divulgación apropiación social de la ciencia en Sisal, Yucatán: hacia un modelo con perspectiva intercultural para la niñez”, donde se presenta un estudio de caso sobre nuevas formas de divulgación de la ciencia para niños y niñas de Sisal, localidad costera en el estado de Yucatán. Allí se proponen una serie de elementos para pensar proyectos de divulgación con perspectiva intercultural, entendida como una estrategia que implica acciones de igualdad, simetría, equidad y respeto entre los participantes. El siguiente capítulo, de la autoría de María Antonieta Saldívar, se titula “Comunicación pública de la ciencia: desafío para investigadores y los centros públicos de investigación”, el cual aborda las posibilidades y limitaciones para poner en marcha mecanismos de comunicación especializados a fin de dar visibilidad a los resultados de la investigación científica. Para ello, la autora analiza dos proyectos de investigación financiados por el hoy llamado Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) entre 2020 y 2021. Cierra la obra el capítulo de Xyoli Pérez-Campos, titulado “La comunicación de la sismología desde el Servicio Sismológico Nacional (México)”. En este, la autora, a través de un estudio de caso, analiza la evolución de las prácticas de comunicación pública del Instituto de Geofísica de la UNAM, específicamente a partir de las actividades de su sistema de monitoreo sísmico, haciendo énfasis en el sismo de 2017, que afectó varias regiones de México. Una de las contribuciones relevantes de este trabajo es la crítica al manejo que se le ha dado a la información sismológica en los medios de comunicación, la cual la autora examina a la luz de los marcos analíticos de la comunicación pública de la ciencia.