Reseña

En opinión de Jorge Ibargüengoitia Antillón (1928-1983), “se sabe poco de la vida de Jorge Ibargüengoitia como persona”… y esta aparente paradoja, llevada al ambiente personal y artístico, es el motivo principal de las siguientes páginas. En El Oficio del autor dramático. Crónicas teatrales y otros textos los lectores descubrirán de voz propia de Ibargüengoitia una de sus facetas creativas apenas mencionadas por muchos de sus estudiosos y críticos, centrados en su labor como dramaturgo, narrador y cronista de la vida cotidiana.
Siguiendo la afirmación casi desapercibida de Ibargüengoitia –“Fui crítico de teatro. Mis crónicas tuvieron un éxito modesto. Con ellas logré lo que nunca pude lograr con mis obras de teatro; es decir, que alguien las leyera”–, Juan Javier Mora-Rivera continua el derrotero señalado por Vicente Leñero (Los pasos de Jorge, 1989) respecto de esa específica labor, emprendida entre 1956 y 1964. Para esto, recupera las crónicas teatrales (1957-1964) publicadas en Revista de la Universidad, Revista Mexicana de Literatura, y los suplementos “México en la Cultura” y “La Cultura en México”, además de su Tesis de Maestría en Arte Dramático (UNAM, 1956), presentando el recorrido personal de Ibargüengoitia en torno a la observación atenta del fenómeno dramático, donde destaca una nueva figura: el crítico, responsable de ordenar expresiones, ambientes y la interpretación de las representaciones escénicas propuestas por los dramaturgos aquí reseñados, atendiendo no sólo a su proceso creativo sino el dialogo establecido con el público.
En su estudio Mora-Rivera indaga los aportes al discurso autobiográfico de nuestro autor, estableciendo que para Ibargüengoitia todo dentro de su literatura es autobiografía, la cual permite mostrar una doble ruta, aquella que revela su proceso de creación y la que ahonda en el conocimiento de sí mismo, de la época, las obras y los protagonistas registrados por su ojo crítico, humorístico y sin concesiones, presentes en estas páginas rescatadas.

Guadalupe Tolosa