El hombre que ríe
Gwynplaine es la principal atracción de un espectáculo ambulante. La gente acude a verlo por su inusual aspecto: su rostro muestra de manera fija, de oreja a oreja, una exagerada sonrisa, una eterna mueca inquietante y grotesca. Desde niño, su apariencia deforme lo condena a vivir marginado, a ser un fenómeno que provoca una retorcida mezcla de risa, terror, fascinación y asombro. Pese a su trágico destino y a que tiene que enfretarse a un mundo cruel y hostil, conserva en su interior un noble corazón.
Víctor Hugo, en esta novela ambientada en la Inglaterra del siglo XVII, creo un personaje, cuyo rostro es símbolo de la injusticia y crueldad en el mundo, a través del cual pone al descubierto la falsedad de las apariencias, al mismo tiempo que hace una crítica profunda de la desigualdad social que trasciende toda época. El libro ha sido adaptado en numerosas ocasiones al cine y al teatro y su protagonista ha tenido gran repercusión en la cultura popular.