Santa claus sí existe
La imperiosa necesidad de modificar los actuales y obsoletos criterios respecto al legendario Santa Claus, que han permanecido inamovibles, comparados con la evolución de la ciencia, que ha echado por tierra dogmas religiosos, despedazado hipótesis sobre la “generación espontánea”, destruido ideas de que “la Tierra es una superficie plana sostenida por una tortuga que, a la vez, la soporta un elefante”, dejado en el olvido que los astros son deidades y, por último, sepultado los sangrientos ritos a ídolos de piedra con sacrificios humanos, ha inspirado al autor a transformarlos; asimismo, la mentalidad humana, que en el aspecto destructivo –la bomba nuclear– ha superado a la constructiva –lento avance para erradicar el cáncer–, me ha convencido de realizarlos.