Diablo, diablito
«La luna observaba cómo las ramas de los árboles besaban la tierra a causa del fuerte viento la noche que Bernardo, acompañado de Mayel, caminaba con paso firme hacia el panteón. ¡Satanás, Luzbel! ¡Diablo, diablito! ¡Ven y dame tu dinerito!»
Bernardo, un insular que llegó hasta San Ignacio, Sinaloa, entra en una espiral de angustias y peripecias para hacerse rico por el camino corto, donde una llave y un baúl, serán personajes importantes en esta historia.
En un mundo donde todas las expresiones artísticas sufren de collage y participaciones generando obras híbridas y mixtas, Beatriz Reyes Cano lo ha hecho también, con muy placenteros resultados. En este libro se encuentra una purista prosa rural, especiada con la mordacidad de Mark Twain y Bruno Traven. Betty Reyes Cano es una pluma emergente oriunda de San Ignacio que no escribe desde algo que pudiésemos llamar: novel con suerte, ella es una escritora que se ha preparado para hacer las cosas con maestría, y ese resultado, lo tienes en tus manos.