La creciente
Las inundaciones en Mochitlán
Los relatos que sobre este evento seguí escuchando durante mi infancia, me parecían de leyenda, pensaba que esas narraciones no eran reales, que jamás habían ocurrido y que solamente eran producto de la imaginación de quienes las contaban. Conforme pasaron los años, me fui convenciendo de que estos relatos eran veraces. Me di cuenta de que era la viva voz del pueblo que contaba su propia historia. Era la tradición oral que transmitía a las nuevas generaciones, pequeñas cápsulas en su devenir por la línea del tiempo. Como miembro de la comunidad, consideré un deber rescatar esa información con el objeto de conservar en letra impresa, la memoria histórica del pueblo que me vio nacer.