Reseña

El llamamiento para ser místicos y profetas lo recibimos desde el bautismo, es un don dado a todos y que en el Corazón de Jesús, en el seno de la Trinidad se van formando en un camino de purificación y humanización. La vida consagrada y los fundadores de institutos de vida religiosa como María Luisa Josefa del Santísimo Sacramento, fundadora de las Carmelitas del Sagrado Corazón se constituyen como testigo inspirador, su experiencia mística y profética ilumina el camino de todo cristiano, ya que fue creciendo en el amor a Dios en la vida cotidiana
y puede acompañar a las personas desde cualquier estado de vida que haya elegido.