Sorpresa, aprendizaje y empatía en la labor de las tutorías
La tutoría es una actividad que impacta al estudiante y al tutor. Este último, regularmente, es un profesor a quien se le ha asignado la actividad por normatividad. No obstante, muchas veces, el profesor no tiene todos los elementos para ejercer ese papel porque su preparación está ubicada en disciplinas instrumentales. Por lo tanto, sus habilidades humanísticas no
son la parte medular de su conocimiento. Algunas veces, el docente ejerce la tutoría para poder alcanzar los estándares que se definen en la evaluación departamental, pero no lo hace consciente de lo que implica entablar comunicación con un estudiante vulnerable. Contrariamente, lo juzga y no tiene paciencia para canalizarlo correctamente. Es importante entender
que cuando se enseña o se realiza la tutoría se está tocando el alma de jóvenes que están en el proceso de construir su proyecto de vida. Retomando el pensamiento de Foucault, el tutor debe estar capacitado emocional e intelectualmente para crear un ambiente que logre que el tutorado encuentre las bisagras que abran las puertas hacia una actitud enmarcada con respecto a sí mismo, con respecto a los otros y con respecto al mundo. En este sentido, la premisa del cuidado de sí, formulada por el filósofo francés Michel Foucault, es analizar, especialmente, determinar si en la relación entre tutor y tutorado existen actos de solidaridad, empatía, reciprocidad y confianza.