Reseña

Diego Rivera concibió el Museo Anahuacalli, en el Pedregal del sur de la Ciudad de México, con una visión positiva hacia el futuro. Desde hace sesenta años el museo resguarda una colección de piezas prehispánicas que nos brindan la posibilidad de acercarnos al pasado para aprender de él. Circundado por aproximadamente dos hectáreas de reserva ecológica, dialoga y nos acerca al paisaje originario del sur de la Ciudad de México.
La tradición, las piezas prehispánicas y el paisaje conforman un sistema equilibrado y armónico. A través de las ideas que Diego Rivera tenía sobre el Anahuacalli y su entorno, territorio al que llamó Ciudad de las Artes, establece su relación con lo prehispánico, lo popular y la cultura en general. Para el pintor, la única vía de retorno solo sería posible a través del arte y su Anahuacalli sería el eje rector a partir del cual comenzaría a movilizarse un cambio sociocultural que revalorizaría el pasado para encontrar la línea continua de la marcha de su pueblo. Solo así podría definir su identidad y seguirla bajo formas renovadas y reactivadas que les otorgarían un futuro digno y ejemplar.
La ampliación del museo, obra del arquitecto mexicano Mauricio Rocha, comisionada en el año 2016, establece un puente entre el arte, la naturaleza y la arquitectura.