Reseña

Atrapar en la narración el flujo de la historia parecería como querer detener la arrebatada corriente de un río voluminoso en pequeños diques, cosa imposible. Pero algo se puede arrancar de esa corriente para dejar como testimonio. La misma memoria del hombre no puede conservarlo todo, ha de seleccionar, y ya en el tipo de selección que se hace hay una interpretación. La interpretación de la historia está ya en el mismo verla pasar, mucho más en el escribirla o tratar de fijarla. La hermenéutica aparece como acompañante del historiar, como parte innegable de la actividad historiográfica.
Hay una posibilidad pequeña y efímera, pero suficiente, de congelar el devenir histórico para poder comprenderlo, al menos un poco; y para tratar de explicarlo, como resultado de esa comprensión, pues la explicación histórica tiene que estar muy del lado de la comprensión, más que de la crítica, que es científica y analítica. Es ahí, en esa comprensión/explicación, donde se da la hermenéutica y, por ende, la filosofía de la historia que se inspira en la hermenéutica. La comprensión es sintética, aunque tiene que beneficiarse de cierto número de análisis que la hagan como recoger el resultado de los mismos y hacerlos buscar la confluencia.