Travesuras y desventuras de una pícara embajadora
La acción transcurre en la primavera del año 2000, en la sede de la Embajada de la República de Klitoristán en la ciudad de Defekaterimburgö, capital del Emirato de Rabo Verde
Cuenta con un régimen político federal con una presidencia rotativa, en la que se suceden las “mujeres sexualmente superiores”, que integran una élite dedicada a promover la lujuria y los placeres carnales a nivel institucional y a escala nacional.
Klitoristán forma parte del conocido Eje del Placer Necesario (epn). Desde su accesióno a la independencia, la vida pública en la República de Klitoristán ha estado regida por estrictas leyes y políticas feministas radicales. De hecho, sólo las mujeres pueden ocupar cargos de nivel medio o superior en la administración pública federal. Los hombres carecen de derechos políticos y electorales e, históricamente, han sufrido discriminación social y violencia de género. Son considerados “intelectualmente inferiores” por las mujeres y utilizados por éstas como simples objetos sexuales.
Por su parte, el Emirato de Rabo Verde es gobernado por uno de los regímenes más autoritarios y represivos del mundo. Los partidos políticos no están autorizados y el ejercicio de la liberad de expresión está severamente restringido.
Klitoristán y Rabo Verde comparten una larga frontera común y, aunque mantienen abiertas sus respectivas embajadas, sus relaciones diplomáticas se encuentran en un punto muy bajo. Además de las evidentes diferencias políticas e ideológicas, ambos países mantienen un añejo diferendo territorial sobre una zona de forma triangular rica en hidrocarburos, minerales estratégicos y plantas afrodisiacas conocida como “Punto G”.
En múltiples ocasiones, la disputa por la soberanía sobre ese territorio ha estado a punto de desembocar en un conflicto bélico. El Gobierno de Klitoristán apoya política y militarmente al “Movimiento Masturbatorio para la Delectación del Punto G” (dpg), grupo insurgente que lucha por la incorporación definitiva de ese territorio a la República de Klitoristán. Aunque el “Punto G” está rodeado por una zona desmilitarizada y resguardada por un contingente de Cascos Ligeros del Consejo de Coo-
peración de Naciones Lúbricas (ccnl), el diálogo bilateral destinado a tratar de alcanzar una solución política a dicha controversia se encuentra sus pendido desde hace varios años y la rivalidad que
sostienen a nivel regional e internacional hace que sus relaciones sean francamente execrables.