Reseña

Alberto Caeiro, uno de los heterónimos más célebres de Fernando Pessoa, nació en Lisboa en 1889 y fue el maestro neopagano de un grupo de poetas e intelectuales, —surgidos de la pluma de Pessoa,— como António Mora, Ricardo Reis, Álvaro de Campos y del mismo Pessoa —como reconoce en la carta a Adolfo Casais Montero incluida en esta edición—. La presente traducción de Eduardo Langagne, poeta y uno de los especialistas en literatura portuguesa más acuciosos de nuestro país, nos revela la voz bucólica de Caeiro, y que “aquella inteligencia raciocinada de las cosas, que era su privilegio o atributo y no el nuestro, está ahí. Porque se habla en la forma que está en la esencia. Y no es forma exterior del paganismo, repito, que Caeiro vino a reconstruir; es la esencia que llamó del Averno, con Morfeo y Eurídice, por la magia armónica, melódica, de su emoción”, como lo señala Ricardo Reis en un apunte suelto recogido en este volumen.