Reseña

El enfermo neurológico requiere de atención multidisciplinaria, dentro de la cual la anestesiología y la terapia intensiva adquieren un papel fundamental y son determinantes de una evolución satisfactoria. En los últimos años la neuroanestesiología ha avanzado a pasos agigantados y ha hecho posible la realización de procedimientos quirúrgicos y diagnósticos que hace algunos años eran inimaginables. El neuroanestesiólogo, además de ser un experto en las neurociencias, domina múltiples aspectos fisiopatológicos, metabólicos, hemodinámicos, ventilatorios y farmacológicos, lo que, junto con sus habilidades, asegura la buena evolución de los enfermos en diferentes procedimientos. La terapia intensiva neurológica se ha consolidado en los últimos años como una importante rama de las neurociencias, alcanzando niveles insospechados en el monitoreo de múltiples variables de la función cerebral, lo que ha modificado los esquemas terapéuticos y el conocimiento fisiopatológico de un gran número de problemas neurológicos y neuroquirúrgicos agudos. El impacto que ha tenido en la atención del traumatismo craneoencefálico, la hemorragia subaracnoidea por ruptura de aneurisma, infecciones, problemas metabólicos, posoperatorios complejos de cirugía neurológica y evento vascular cerebral, por citar algunos, es indiscutible, lo que ha repercutido en el incremento de la sobrevida de entidades que hace algunos años eran irremediablemente mortales.