El inefable placer de la congruencia
El “transformismo”, concepto debido a Antonio Gramsci, habla del permanente descabezamiento de las clases subalternas: sus intelectuales son cooptados, la mayoría de las veces mediante golpes de cartera o con métodos más crueles, como le sucedió al mismo Antonio Gramsci, quien murió por las enfermedades adquiridas y desatendidas tras once años de prisión.
Son, por ello, loables los intelectuales que no caen en las seducciones del poder. Este libro es un reconocimiento a una serie de mexicanos que se mantuvieron y/o se mantienen alejados del Estado prianista.
Aquí se homenajea a científicos: Luis Rivera Terrazas, Tomás Brody, Luis de la Peña, Jesús Reyes Corona, Cecilia Conde, Esperanza Carrasco y Alberto Carramiñana.
Científicos sociales: Javier Mena y Dora Kanoussi.
Periodistas: Julio Scherer, Miguel Ángel Granados Chapa, Carlos Monsiváis, José Joaquín Blanco y Víctor Roura.
Gente dedicada a las artes: Federico Silva y Raquel Tibol.
Literatos: Dolores Castro, Miguel Donoso Pareja, Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, José Agustín, René Avilés Fabila, Guillermo Briseño, Ricardo Yáñez, José de Jesús Sampedro, Carlos Arellano y Alejandro Meneses.
Aparecen también sendos testimonios acerca de Héctor Aguilar Camín y de Enrique Krauze.
Todos estos reconocimientos los hizo el autor, Mariano Morales Corona, en los salones del edificio Carolino de la buap o en los suplementos del periódico Síntesis, cuando él fue su director.