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ISBN 978-607-8836-85-7

La educación en el naciente Estado de México

Autor:Lozada Esquivel, Claudia
Editorial:El Colegio Mexiquense
Materia:El proceso político
Público objetivo:Profesional / académico
Publicado:2024-09-17
Número de edición:1
Tamaño:2347Kb
Precio:$50
Soporte:Digital
Formato:PDF
Idioma:Español

Reseña

El 6 de agosto de 1824, poco después de haberse erigido el Estado de México, el
Congreso Constituyente expidió la “Ley Orgánica Provisional para el Arreglo del
Gobierno Interior del Estado”, documento en el que se reconoció el sistema
republicano federal como forma de gobierno. En ella se asignó a los prefectos la
función descrita en el artículo 39, fracción IV, el cual menciona que “en los pueblos se
erijan escuelas de primeras letras, y otros establecimientos de instrucción pública y de
beneficencia donde pudiera haberlos”
No fue fácil colocar los cimientos de la educación en nuestro país, la diversidad
cultural, pobreza y corrupción fueron los obstáculos principales de la educación. El
Estado de México jugó un papel importante dentro de la composición de la educación
por ser uno de los estados más grandes, y por tener concentrada en su territorio casi
la cuarta parte de la población del país.
La educación fue el apoyo del gobierno y la clase dominante para llevar a cabo
sus proyectos, principalmente económicos y políticos. Para los liberales la educación
era el generador de la transformación estructural de la sociedad mexicana, se
pretendía cambiar el orden colonial. Por otro lado, para los conservadores la
educación era un elemento clave para reforzar el sistema imperante. En este periodo
se distinguen dos proyectos educativos, cada uno responde a los requerimientos que
estos dos grupos necesitaban.
El decreto del 19 de febrero de 1825 reitera la necesidad de llevar a cabo la
instrucción al pueblo. El artículo 83 de la Constitución del Estado de México de 1827
especifica como tarea municipal la obligación de velar por la asistencia de los niños a
las escuelas de primeras letras. Se delegó la responsabilidad de abrir escuelas de
primeras letras a los ayuntamientos y particulares debido al caos económico que tenía
la administración pública y por la falta de una infraestructura que facilitara la labor
educativa; sin embargo, la crisis económica que también tenían los ayuntamientos no
permitió llevar a cabo la apertura de las escuelas de las primeras letras y, en
ocasiones, se delegaba la responsabilidad a la iniciativa particular de los padres,
familia, aquellos que estaban preocupados por la educación de sus hijos, este apoyo
provenía de las personas que tenían una economía más estable.

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