¿Cómo ves? Océanos de plástico
Es difícil imaginarnos una vida sin plásticos. Dependemos de ellos prácticamente para todo. La mayoría de las cosas en las que podemos pensar están hechas casi completamente de plástico o necesitan del plástico para existir. Se salvan unas cuantas, como la mesa de madera del comedor, libreros, pantalones de algodón, aretes de metal, vasos y platos de vidrio, cubiertos, jarras de cristal y otras pocas cosas. Sin embargo, pocas veces nos ponemos a pensar qué sucede con los plásticos que usamos una sola vez y creemos que desaparecen al tirarlos en una bolsa negra y sacarla a la calle. La mayoría de estos plásticos termina en el mar, aunque vivamos lejísimos de las costas.
Una vez en el mar, estos plásticos se encuentran disponibles para los seres marinos: los mamíferos los almacenan en sus grandes estómagos, las tortugas los comen creyendo que son medusas, las aves marinas se ven atraídas por su aroma impregnado a olor de mar, los seres que viven en la arena los consumen y los vuelven disponibles para los animales más pequeños, mientras que cangrejos y pulpos los usan como casa y, finalmente, nosotros los humanos los consumimos cada vez que ingerimos algún producto del mar.
Los daños que los plásticos causan a los seres marinos son, entre otros, gastrointestinales, bloqueos, desnutrición, heridas y úlceras que se infectan, daños a diferentes tejidos y finalmente la muerte.
No podemos seguir con el ritmo de consumo y desecho actuales porque entonces nos veremos enterrados en montañas de plástico en poco tiempo. Se estima que para el año 2050 habrá más plástico en los océanos que biomasa de peces.
Es necesario cambiar nuestros hábitos de consumo y desecho, promover la eliminación de plásticos de un solo uso, reciclar los que usemos y replantearnos nuestra sobrevivencia en la Tierra. El planeta y sus recursos no son infinitos y pronto llegaremos a un límite en el que el mar será de plástico y nosotros tendremos que pagar las consecuencias.