Los Partidos Políticos y la Debacle Populista
El Gobierno de José López Portillo (1977-1982)
En 1976 los ciudadanos salieron a elegir Presidente de la República. La ocasión tuvo poco de fiesta cívica. Mientras que en lo económico una fuerte contingencia elevaba los índices de pobreza a niveles alarmantes, en lo político los votantes apenas pudieron ratificar al único candidato anotado en las papeletas electorales. El sistema estaba tan anquilosado que tres de los cuatro partidos reconocidos por la ley respaldaron al abanderado del oficialismo, mientras que el membrete restante vivía sumido en una profunda conflictividad. José López Portillo, igual que Álvaro Obregón en 1928, compitió contra sí mismo. Nadie le disputó la herencia entregada por el “gran elector”, lo que andando el tiempo significó una especie de señal ominosa de lo que ocurriría. El país, sin opciones, terminó hundido en la crisis más profunda de su historia reciente. Fue una auténtica tragicomedia. De la ruina pasamos al optimismo para terminar envueltos en peligrosas dificultades.