Nuevos escenarios urbanos en América Latina
Desafíos y estrategias de actuación
La planificación y el ordenamiento territorial contemporáneo en los países de América Latina y el Caribe tienen similitudes históricas; los procesos de urbanización vinculada a los altos índices de concentración demográfica, la industrialización y desindustrialización, relocalización, privatización de lo público y otras acciones, han sido durante mucho tiempo factores que han tenido impactos en la estructura del territorio y la ciudad. En esta región, el interés por los estudios urbanos se ve incrementado, en la medida que crecen las urbes, pues ello conlleva problemas y retos nuevos. Estas mismas razones, determinan de alguna manera el surgimiento de la investigación y difusión de temas urbanos. De acuerdo a Schteingart (2015), en países como México, y Colombia, así como los países de Centro América, «la investigación urbana comenzó de manera continua, sistemática e institucionalizada desde los años setenta».
Desde entonces, han pasado más de 40 años, y algunos de los problemas que la planificación ha venido enfrentando se han mantenido hasta este primer cuarto del siglo XXI al que estamos llegando; la desigualdad, la
segregación social, y el continuo deterioro medioambiental, son ejemplo del vacío normativo, del fracaso de las políticas públicas y de las acciones relacionadas con el ordenamiento territorial, y la planeación de las ciudades y más recientemente de las metrópolis. Si desde fines del siglo XIX en países como México el liberalismo económico se asocia a una polarización social y un desarrollo urbano desequilibrado, durante la última década del siglo XX hemos presenciado la agudización de esas políticas que, en lo urbano, han impactado la morfología de las ciudades. En el contexto de América Latina, distintas ciudades, en su proceso de evolución, han adquirido una nueva categoría, al pasar de ser ciudades aisladas (territorialmente), a ciudades que integran aglomeraciones urbanas de orden metropolitano. Al menos la última década del siglo XX y la primera del XXI, el ritmo de los cambios urbanos, con la presión incesante de la mirada neoliberal, conduce a la puesta en práctica de una planeación estratégica que busca la inmediatez de resultados y conduce de manera voraz a la competitividad, cuestionándose los métodos de planeación a largo plazo y reduciendo la participación del Estado en la misma. Surgen organismos de planeación supramunicipal que buscan regular la planeación de las grandes concentraciones de población conurbadas o que mantienen relaciones de trabajo, educación, etc, bajo la figura de metrópolis. A ello se suma la cada vez más compleja estructura de las megalópolis, que se componen de la integración de áreas metropolitanas (Brasil, México, y Argentina, por ejemplo).