Reseña

Los proyectos son ficciones hasta que se construyen, por eso la oportunidad de cruzar el puente entre la imaginación y la realidad es siempre mínima. Para sobrevivir a la suerte de acumular un encargo tras otro sin enfermarse de banalidad, la ficción demanda ser compleja y activa, como hacen por lo común el escritor o el artista. En la cantera de frustraciones de la arquitectura, Diego Rivero Borrell ha encontrado algo que, con el tiempo, se revela y puede compartirse: un mundo llamado TANAT, un paisaje artesanal repleto de objetos que son la luna, el agua, el árbol o el volcán, y ahora vuelven transformados.

Este libro reúne las obras más significativas de TANAT en sus primer lustro de existencia, entre las que se encuentran proyectos de investigación, exposiciones, casas y parques, explicados mediante ensayos, poemas, dibujos y fotografías.