Reseña

De los puentes que se levantaron en la Guadalajara Virreinal para salvar barrancas, ríos o arroyos y conectarla con los barrios periféricos, solo se ha conservado casi intacto y cubierto por la expansión urbana el Puente de las Damas sobre lo que fue el arroyo El Arenal. La influencia de las ideas de la Ilustración Europea, en la última década del siglo XVIII, significó para la capital de la Nueva Galicia un impulso significativo en el fomento del comercio y las mejoras a las rutas de comunicación que se complementaría con las labores de empedrado de la ciudad y de las salidas hacia los Caminos Reales. En ese contexto se ejecuta el Puente de las Damas, con el objetivo de permitir un flujo constante de mercancías a través del Camino Real de Colima y conectar la ciudad española de Guadalajara con el barrio indígena de Mexicalzingo.
Debe su nombre a la acción y aliento de las mujeres, en un mundo en que la mujer no era un factor importante para la toma de decisiones, sin embargo, el nombre femenino, “de las Damas” ha permanecido entre nosotros por más de dos siglos.
De acuerdo a la información histórica disponible, el Puente de las Damas se comienza a construir en el año de 1792 por iniciativa de un grupo de mujeres tapatías y es hasta 6 años después que se concluye. De acuerdo un legajo redactado en 1798, se señala al Presidente de la Intendencia de la Nueva Galicia, don Jacobo de Ugarte y Loyola como el responsable de la construcción del puente. También señala que fue el capitán Narciso Codina quien ejecuto los presupuestos para la obra de conclusión del puente, finalizada en 1798, por el capitán Gregorio Pérez con la colocación del empedrado y de la nivelación de la cañada del arroyo El Arenal.