Kórima es compartir
A lo largo de todo el Camino Real de Tierra Adentro se podían encontrar a muchas personas que no se vestían como los arrieros, comían cosas distintas, hablaban un idioma que ellos no entendían y ¡hasta soñaban de otra manera! A don Atanasio, el viejo arriero, todos ellos le caían muy mal. Él pensaba que la gente era diferente sólo para molestarlo. Pero en las barrancas desérticas del norte de México, esas personas le salvaron la vida.