Habitación del pánico
Para entrar a la habitación del pánico, es preciso saber que nos adentraremos en un confinamiento de emociones intensas. Los poemas plantean escenarios cercanos a cualquier lector donde la naturaleza y lo citadino convergen y cobran vida. No encontrar un lugar para vivir hace que el autor recuerde y reviva las soledades que ha padecido. Alejado de sentimentalismos, explora la compleja relación con su padre desde sus coincidencias hasta sus desencuentros. Finalmente, la habitación del pánico aparece, y entre sus muros se desatan los demonios que se reflejan en una profunda crisis existencial originada en tiempos de pandemia. El poeta entonces, es habitado por el pánico. Atrapado en la soledad de sus pensamientos, se pregunta cómo vivir y para qué, las emociones se han convertido en noches de insomnio y en depresión, la voz poética no encuentra su lugar en un mundo que se derrumba, aun así parece ver una luz, y decide ir hacia ella abrazando la incertidumbre.