Olla de enigmas (1618)
Entre los juegos literarios de las academias de los Siglos de Oro, academias de corte culto, no podían faltar los enigmas. Como prueba de esta afirmación tenemos la existencia de este libro de Pérez de Herrera que ha pervivido por escrito a pesar de la distancia de más de cuatro siglos.
El inicio de la tradición del enigma podemos situarlo con los griegos, Ausonio y Sinfosio, cuyos enigmas se han reciclado en la tradición hispánica a través de su recepción por la literatura latina e italiana. Los enigmas son alardes de ingenio trabados como oscuras alegorías, que se enfocan en el extrañamiento lingüístico, que siguen la preceptiva métrica con el fin de hacerlas memorables; sus comentos, por otro lado, manifiestan otros elementos como la conciencia metapoética, la brevedad, la alusión a los refranes populares y a saberes cultos, su completitud y su autorreferencialidad que en conjunto constituyen el entramado de la poética enigmática de Pérez de Herrera.