Furias Nocturnas
Además de su sentido documental, Eriko Stark tiene un acercamiento más ad hoc a la fotografía editorial. Sus tomas guiñan con algunas fotos de Diane Arbus o con los reportajes de la revista Interview, de Andy Warhol. Tiene este espíritu de las fotografías del Studio 54 en Nueva York, en los años 60 y 70 del siglo XX, de los fotógrafos Rose Hartman, Joe Gaffney, Bill Bernstein, Ron Galella, quienes se cautivan por captar el ideal de un rancio glamur superpuesto a los aspectos kitsch de los nuevos ricos y las estrellas del ambiente pop, que comparten los mismos espacios como restaurantes, fiestas y antros de esa época, para entretenerse.
Como este tipo de fotógrafos arriba citados, en esta selección de fotografías, Eriko parece cautivarse por la oscuridad de la noche y el uso permanente del flash, dándole un aspecto clandestino, decadente y voyeurístico a su trabajo, como cómplice del arrojo y la liberación abierta de la diversidad sexual y el consumo de drogas, haciendo un retrato legítimo de sus contemporáneos, y no porque sea algo nuevo, sino porque evidencia ahora cuánto es abierto y en vías de masificación.
Si la pachanga funciona como ámbito de realización de los alter egos en un contexto aún autoritario, las redes actúan como filtro de legitimación global alternativo. Así, la desinhibición de los personajes que captura es otro signo del tiempo.