La construcción de la realidad
Si la realidad que percibimos resulta de la activación de nuestras células cerebrales, la única diferencia entre el mundo interno (el de los sueños y los pensamientos) y el mundo externo (la realidad tangible) depende de si los estímulos que activan al cerebro lo hacen a través de los órganos sensoriales externos o de impulsos internos, ambos mundos y realidades, por tanto, son constructos individuales capaces de modificarse según la historia de vida y capacidades de cada uno.