No apto para kintsugi
Este libro es cuerpo disidente, rebelde, imperfecto, de mujer que danza con sus pies salidos del barro y se retuerce para su propio ritual de reparación… En este libro hay mujer-mujeres que se cose(n) sus propias alas, que, si no pueden volar, caminan, y si no, se arrastran con destreza dejando escrito sobre la tierra que ninguna tuvo la culpa… Y sin culpa van por estas páginas mujeres aliadas con las serpientes, que se quitan el hierro de sus bocas para cantar una canción diferente a la aprendida. Recomiendo, lectora-lector, estos poemas de lenguaje doloroso, punzante, bello y liberador. No apto para kintsugi es poesía que dignifica tanto a las vivas como a nuestras muertas, y las restaura a su propia manera, sin oro a la mano, tal vez porque la sanación esté en ir con la herida abierta o en sacar la cicatriz a contemplarse en el lago. [Luisa Villa Meriño]