Permiso para matar
"¿Sabes cuántas personas han sido asesinadas por policías o militares en estos años de guerra contra el narcotráfico, aun cuando nunca empuñaron un arma ni retaron a la autoridad? ¿Cuántas han desaparecido a pesar de no tener una orden de aprehensión o una investigación abierta? ¿Cuántas víctimas fueron registradas como “muertes en enfrentamientos” a pesar de que las mismas autoridades sabían que era mentira?
Permiso para matar nació de un intento por responder a estas preguntas, pero también –y sobre todo– debido a la indignación. De esa indignación que sientes cuando recuerdas a Jorge y a Javier, los dos estudiantes del Tec de Monterrey asesinados en 2010 por el Ejército cuando salían cerca de la medianoche de la biblioteca de su escuela. O cuando escuchas a la mamá de Eduardo Jiménez Aguilar (de solo 15 años) contar cómo fue asesinado el 2 de julio de 2021 por elementos de la Guardia Nacional junto con su primo Jonathan (13 años) mientras lavaban el auto de su tío para ganarse unos pesos. O cuando lees que Rosa Angélica Marín fue sepultada con su vestido de quinceañera, luego de ser asesinada por policías federales mientras preparaba su fiesta. O cuando tratas de responder cuántos casos similares más habrá.
Cada testimonio recogido en este libro te recuerda que la guerra es el infierno y que nadie queda ileso, y que no ha servido para construir la paz. Una guerra en la que todos hemos perdido.
Por ello, apelamos al periodismo. Como una apuesta por la memoria, porque cuando falla la ley y el sistema, esta es nuestra única defensa contra la impunidad. De esta memoria nos agarramos para mantener la esperanza y la exigencia de que, algún día, habrá, debe haber, justicia. Porque cada familia y cada víctima se la merecen. No podemos dejarlos solos"