El vendaval de acqua pulcra
Mi vida, el destino del tiempo
¿Para qué escribir o, por qué escribir una biografía? Esta pregunta, me la he hecho mil veces, no sé a quién le puede interesar, sin embargo, he decidido sin importar cuál sea la relación entre mi vida y el lector; en todo caso, yo deseo plasmar en mis páginas la polifonía de mi imaginación y lo que considero relevante, sin reduccionismo ni exageraciones; y con palabras quizás hasta cierto punto, vulgares. Pero éstas son las propias del léxico costeño, y también, para tratar necesariamente de poner al lector en tensión y unir el ayer y el hoy de una vida privilegiada, porque la escritura no es únicamente producto de la magia, sino más bien de la perseverancia. Se trata pues, de un libro personal, y en cierto modo, de una discreta y sucinta autobiografía, que expresa la nostalgia, la que vislumbro como una aventura amorosa y tentadora; en la que intento poder confrontar dos actividades: el arte de escribir y el arte de pintar; éstas pueden ser dos aventuras que enciendan, quizás la imaginación de los lectores y que posiblemente los conmueva, en ella hay una cierta fantasía onírica, una invención, con algo de locura, terquedad y disciplina personal.
Si el escritor y filósofo François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, afirmó que “Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentran remedios a todos los males”, o también: "La escritura es la pintura de la voz."
¿Qué podríamos decir de una colección de ideas y de objetos artísticos de diversa índole? Guardadas como piezas antiguas, pinturas, esculturas… que, a fin de cuentas, son pensamientos impresos en metal, piedras, papel o tela.
Por su parte Antón Chejov, se preguntó: “no me digan que la luna brilla, —entonces— denme su reflejo sobre un trozo de vidrio”. O como dijo Oscar Wilde "No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo."
A menudo nos hemos preguntado el cómo y por qué existen infinidad de cosas, las cuales han podido verse reflejadas sobre ciertos fenómenos: ¿por qué llueve o truena el cielo?, o ¿por qué oscurece la tierra al caer la noche?, o ¿cómo y por qué, se manifiestan sobre el significado del origen de nuestro propio ser? Y nuestra respuesta es porqué: Este es el fenómeno de un tipo ''emergente'' (un término de moda en el mundo cuántico, pero que, de hecho, es el resultado de la mecánica de los sistemas complejos).
En este sentido ambas funciones: la de los escritores, las que coinciden, ya que un escrito sería una cura para el espíritu de la humanidad. Por ello, desde el albor de los tiempos la humanidad siempre se ha cuestionado por todo lo que la rodea.
Por esas razones, yo he hecho de mi vida lo que tenía que hacer; decirlo escribiendo o decirlo pintando ¿Acaso no es éste, el deber de todo hombre pensante? Yo considero que escribir debe de ser la única postura éticamente posible; para dedicarse a describir, ¿no nada más por qué sí; sin pretender algo más? Únicamente por necesidad, para retener lo vivido. Ya que con la edad el cerebro pierde neuronas y tiene dificultades para formar nuevas neuronas sensoriales. Esto crea problemas con el pensamiento cognitivo, especialmente con respecto a la retención de nueva información al sistema nervioso central.