Tendederos: irrupción de las estudiantes en el claustro
Estudio de diez Instituciones de Educación Superior en México
Durante todo el año hemos escuchado las voces de las estudiantes de diez Instituciones de Educación Superior a través del proyecto de investigación e incidencia Desarticulando la violencia juvenil y de género en Instituciones de Educación superior de México. Las veníamos escuchando desde antes de iniciar el proyecto porque las voces de las estudiantes iniciaron como murmullos en las esquinas de las aulas universitarias y poco a poco se fueron convirtiendo en griterío.
Las estudiantes dependen de que otras personas las puedan escuchar. Las escuchan sus amigas del primer círculo, sus compañeras de clase o de generación; tal vez alguna maestra; más allá, las y los usuarios de redes sociales y medios de comunicación. Pero la escucha que puede producir cambios es la escucha de las autoridades porque ellas son las que pueden incorporar soluciones válidas sobre las situaciones de violencia.
El lugar en que fueron arrojadas las quejas de las estudiantes sobre las violencias se convirtió en un lugar desacreditado por las autoridades. Un lugar negado como parte de la supremacía masculina y de la autoridad universitaria. Un lugar considerado como problemático por las personas que portaban las quejas y ellas mismas, consideradas problemáticas, muy cercanas a histéricas.
El presente documento es una primera sistematización de las quejas de las estudiantes en las diez universidades de estudio a través de tendederos y de los impactos que tuvieron en las instituciones. Sobre todo, es la constatación de que las violencias en las IES son la principal presión que se ejerce sobre las mujeres que ingresan a sus aulas. Pero la existencia de las colectivas, anuncia transformaciones porque a pesar de que la supremacía masculina de las universidades las quiere rotas, ellas están ahí para todas: las del presente y las del futuro.