Penumbral
En las manos de Zulai Marcela la muerte se convierte en vida; el poema que toca aquí lo vericuetos de las ausencias definitivas (en este caso la muerte de la madre) se vuelve latido en verso sabio, hondo, de factura docta, que entrevera la música y el dolor, binomio incandescente de su eje universal de luz y sombra. Bajo la advocación de Pavese y Rimbaud, la poeta se coloca y nos coloca en el umbral de la penumbra y empieza a crear su propia luz con la irradiación de la palabra; aquí “los ángeles benditos y los ángeles rebeldes no se contradicen”, se crecen mutuamente en el arte mayor de una magnífica escritora que nos reinventa en la verdad de su poema.
Roberto López Moreno