Despierta, madre mía!
La Iglesia no está hecha completamente, corresponde a los creyentes seguir construyéndola. Desafortunadamente, ella enfrenta en este siglo un problema crucial que es la pérdida del primer amor con sus diferentes consecuencias, debido muchas veces a que el creyente vive en la rutina, la costumbre, y por lo mismo su vivencia de fe queda estancada. Por eso la importancia de este escrito para reavivar la vida bautismal del católico y actualizar de manera fervorosa y convencida su amor a la Iglesia, Madre y Maestra.
¡Despierta, madre mía!, tal es el título de esta obra que tiene como objetivo despertar, concientizar, re-dinamizar, animar, alentar, motivar, fortalecer, renovar desde dentro nuestras iglesias particulares para que, a la luz del Espíritu Santo, descubran y redescubran su consciencia de iglesias unidas. Nuestras iglesias particulares tienen que despertar y caminar a imagen de la Iglesia Maestra y Madre, para vivir una verdadera vida Trinitaria y ser presencia viva y creíble de nuestra fe ante un mundo más y más hostil a la presencia de Dios.