Hermanas
En su novela Hermanas, que recurre a elementos autobiográficos, Gisela Antonuccio cuenta la historia de dos hermanas desiguales en la Argentina del cambio de milenio. Vanesa es hija adoptiva de un matrimonio de clase media de origen italiano. Cuando tiene tres años, la pareja tiene una hija biológica, Lorena, que no sólo sufre varios problemas de salud, sino que también resulta ser la niña más difícil en otros aspectos. La mayor, muy obediente y orientada a las normas, pronto se convierte en la verdadera tutora y educadora de Lore, ya que ambos padres pasan los días fuera de casa para conseguir algo de prosperidad para la familia. Esto hace que las hermanas estén muy unidas. Pero cuando Lore llega a la pubertad, estallan los conflictos y Vanesa se ve impotente ante los ataques verbales y físicos de su hermana. La cuestión de su propia identidad pasa cada vez más a primer plano. Vanesa se marcha a Italia con una beca en busca de sus raíces, mientras que Lore se desvía cada vez más del camino e incluso acude varias veces a una clínica por su adicción a las drogas. A pesar de todo su distanciamiento exterior, las hermanas permanecen unidas y al final se encuentran de nuevo en una relación consolidada, con cierta posibilidad de una nueva felicidad.
Antonuccio cuenta esta conmovedora historia, escrita en prosa concisa, desde la perspectiva inmediata de la experiencia. En breves capítulos, mete de lleno a Vanesa en las escenas recordadas, que adquieren así una intensa presencia y una gran autenticidad psicológica. El conflicto con su hermana y la sensación de estar perdida se convierten en preguntas existenciales sobre el lugar del hombre en el mundo.