El rugido de los ratones
Daniel Herrera no es tipo de andarse con sutilizas. Lo suyo es el realismo sucio lagunero, seco y directo, que se barre a los tobillos de lector para meterle el mayor madrazo que se pueda. Tortua a sus personajes como un niño que les arranca las patas a los bichos.
Los relatos de El rugido de los ratones rebosan ultraviolencia urbana, fracaso laboral, músicos en quiebra (lo mismo cubancheros en busca de hueso que rockeros jubilados), crímenes sexuales repulsivos, infidelidades e infelicidades conyugales a mares, música sentimental y, sobre todo, muchas ganas de incomodar y joder.
¿Existe algo, en la tierra o el cielo que merezca la salvación? Daniel Herrera y sus personajes en este libro, sostienen que no.