Reseña

Este libro es un testimonio de mi pasión vital por la música. En todos los ámbitos y desde todos los frentes, en todas las épocas de mi vida, me he dedicado a la música. Tocando, enseñando, componiendo, ensayando, y hasta durmiendo. En la música es donde he sentido la mayor 12 de las libertades: la libertad artística. Yo me hice músico porque quería compartir las emociones que transmite el arte de los sonidos. Quería contagiar a mis contemporáneos mi apego a la música, mi afecto por la música. Por eso, además de interpretar mi violoncello en diferentes orquestas, ensambles, cuartetos, grupos, dúos, y en solitario, durante nueve años escribí notas, artículos, introducciones, glosas, explicaciones, para orientar a los asistentes a los conciertos de la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Mis escritos pretendían ser (y aún lo pretenden) una especie de “charlas de apreciación musical”.
Por ahora, en esta vida, sólo aspiro a que mis lectores disfruten conmigo estas páginas en las que he reunido a mis amigos músicos, en el tiempo y en la distancia, a mis músicos tan míos que los he tocado con los dedos de mi alma y el arco de mi corazón en las cuerdas de mi cello.